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EL LIBRO DE SATÁN
La diatriba Infernal
El primer libro de la Biblia Satánica no es tanto un intento de blasfemar sino más bien un estamento de lo que podría ser nombrado "indignación diabólica." El Diablo ha sido atacado despiadadamente y sin reservas por los hombres de Dios. Jamás ha habido una oportunidad, salvo en la ficción, de que el Oscuro Príncipe hablara de la misma manera que los oradores del Señor de lo Justo. Desde los púlpitos del pasado han tenido la libertad de definir el "bien" y el "mal" como a ellos les interesaba mejor, y de buen grado han hecho caer en el olvido a cualquiera que estuviera en desacuerdo con sus mentiras –tanto verbal como, a veces, físicamente. Su discurso sobre la "caridad," cuando se aplica a Su Majestad Infernal, se vuelve una faesa vacía –y más injustamente, también, considerando el factor obvio de que sin su enemigo Satánico sus propias religiones se colapsarían. Qué triste, que el personaje alegórico más responsable del éxito de las religiones espirituales se muestra con la menor cantidad de caridad y el mayor abuso consistente –¡y por aquellos que más hipócritamente predican las reglas de un juego limpio! Durante todos los siglos en los que el Diablo ha sido abucheado, jamás ha devuelto los gritos a sus detractores. Ha permanecido como un caballero todo el tiempo, mientras que aquellos a los que apoyaba deliraban y desvariaban. Él se ha mostrado a sí mismo como un modelo de conducta, pero ahora siente que ya es hora de devolver los abucheos. Ha decidido que finalmente es hora de recibir lo que se merece. Ahora los pesados libros de reglas de la hipocresía ya no hacen falta. A fin de re-aprender la Ley de la Selva, haremos una pequeña y leve diatriba. Cada palabra es una lengua de fuego. Las llamas del Infierno arden con furia... ¡y pureza! Leed y aprended la Ley.
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EL LIBRO DE SATÁN
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En esta árida inmensidad de acero y piedra alzo mi voz para que me oigais. Señalo al Este y al Oeste. Muestro al Norte y al Sur un signo que proclama: ¡Muerte a los débiles, vida a los fuertes!
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Abrid vuestros ojos para que podáis ver, oh hombres de mentes enmohecidas, ¡y escuchadme bien, vosotros, multitud de seres desorientados!
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¡Pues yo me alzo para cambiar la sabiduría del mundo; para interrogar las "leyes" del hombre y de "Dios"!
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Yo exijo razones para vuestra regla de oro y pregunto el por qué y el motivo de vuestros diez mandamientos.
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Ante ninguno de vuestros ídolos pintados me inclino en señal de sumisión, ¡y quien me diga "tú lo harás" es mi enemigo mortal!
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Hundo mi dedo índice en la sangre aguada de vuestro impotente y loco redentor, y en su frente desgarrada por las espinas escribo: El verdadero príncipe del mal -¡el rey de los esclavos!
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Ninguna vetusta falsedad será para mí una verdad; ningún dogma sofocante entorpecerá mi pluma.
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Me aparto de todos los convencionalismos que no conduzcan a mi éxito y felicidad en la tierra.
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¡Elevo con firme energía el estandarte de los fuertes!
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Clavo mi mirada en los ojos vidriosos de vuestro espantoso Jehová, y le tiro de la barba; alzo mi hacha, ¡y abro en dos su cráneo devorado por los gusanos!
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¡Hago estallar el horrible contenido de los sepulcros marchitos filosóficamente y río con ira sardónica!
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2
- Observad el crucifijo; ¿qué simboliza? La pálida incompetencia colgada de un árbol.
- Yo cuestiono todas las cosas. Colocándome ante las podridas y barnizadas fachadas de vuestros más excelsos dogmas morales, escribo con letras de llameante desprecio: ¡Mirad, todo esto es un fraude!
- ¡Congregaos en torno a mí, oh, vosotros que desafiáis a la muerte, y la tierra misma será vuestra, para poseerla y ocuparla!
- ¡A la mano muerta se le ha permitido durante demasiado tiempo que esterilice el pensamiento vivo!
- ¡Los falsos profetas han estado invirtiendo durante demasiado tiempo lo justo y lo injusto, lo bueno y lo malo!
- Ningún credo debe ser aceptado sobre la autoridad de una naturaleza "divina." Las religiones deben ser cuestionadas. Ningún dogma moral debe ser aceptado como indiscutiblemente válido ni ninguna medida moral deificada. No hay nada inherentemente sagrado en los códigos morales. Al igual que los ídolos de madera del pasado son obra de manos humanas, ¡lo que el hombre ha creado, el hombre lo puede destruir!
- Quien no se apresura en creer es sumamente inteligente, pues creer en un falso principio es el comienzo de toda ignorancia.
- El deber principal de toda nueva era es alzar a los nuevos hombres a determinar sus libertades, conducirlos hacia el éxito material –rechazar los candados y cadenas oxidadas de las costumbres muertas que siempre impiden la expansión saludable. Las teorías e ideas que pudieron haber significado vida y esperanza y libertad para nuestros antepasados, ¡ahora pueden significar para nosotros destrucción, esclavitud y deshonra!
- Cuando el ambiente cambia, ¡ningún ideal humano permanece seguro!
- Por lo tanto, cuando una mentira se haya instalado en su trono, ¡asaltémosla sin piedad y sin remordimientos, pues bajo el dominio de una falsedad impropia, nadie puede prosperar!
- ¡Que los sofismas establecidos sean destronados, arrancados de cuajo, quemados y destruídos, pues son una amenaza permanente para toda la auténtica nobleza del pensamiento y la acción!
- Cada vez que por medio de los resultados quede demostrado que una pretendida "verdad" no es más que una vana ficción, ¡arrojémosla sin ceremonias hacia la oscuridad exterior, entre los dioses muertos, los imperios muertos, las filosofías muertas y otros trastos viejos y ruinas inútiles!
- La más peligrosa de todas las mentiras entronadas es la mentira santa, santificada y privilegiada –la mentira que todo el mundo toma como modelo de verdad. Es la madre que nutre a todos los otros espejismos y errores populares. Es el árbol con cabeza de hidra con mil raíces de la sinrazón. ¡Es un cáncer social!
- La mentira que se sabe que es mentira está medio erradicada, pero la mentira que incluso personas inteligentes aceptan como verdad –la mentira que ha sido inculcada al niño cuando reposaba en las rodillas de su madre- ¡es más peligrosa de afrontar que una pestilencia insidiosa!
- Las mentiras populares han sido siempre las enemigas más potentes de la libertad personal. Sólo hay una forma de tratar con ellas: cortarlas hasta el propio corazón, como cánceres. Exterminadlas de raíz. Aniquiladlas, ¡o ellas nos aniquilarán!
3
Se ha dicho que "Amaos los unos a los otros" es la ley suprema, pero ¿qué poder lo hizo así? ¿Sobre qué autoridad racional descansa el evangelio del amor? ¿Por qué no debo odiar a mis enemigos? Si los amo, ¿eso no me colocaría a su merced?
¿Es natural para los enemigos hacerse el bien unos a otros? ¿Y QUÉ ES EL BIEN?
¿Puede la víctima desgarrada y ensangrentada "amar" las sanguinarias mandíbulas que la despedaza miembro a miembro?
¿No somos todos nosotros por instinto animales depredadores? Si los hombres cesaran por completo de atacarse unos a otros, ¿podrían continuar existiendo?
¿No es la "lujuria" y el "deseo carnal" un término más veraz para describir el "amor" aplicado a la continuidad de la raza? ¿El "amor" de las aduladoras escrituras no es tan sólo un eufemismo para la actividad sexual?, ¿o fue el "gran maestro" un glorificador de los eunucos?
Amad a vuestros enemigos y hacedles el bien a ellos que os odian y os utilizan -¿no es esta la despreciable filosofía del perro de aguas que gira sobre su lomo cuando le dan patadas?
Odiad a vuestros enemigos con todas vuestras fuerzas, y si un hombre os golpea en una mejilla, ¡DESTROZADLE vosotros la otra!; golpeadle sin piedad, ¡pues la auto-preservación es la ley más elevada!
¡El que ofrece la otra mejilla es un perro cobarde!
Dad golpe por golpe, desprecio por desprecio, maldición por maldición –¡y dadlo con creces! Ojo por ojo, y diente por diente, ¡siempre en una proporción de cuatro a uno, de cien a uno! Convertíos en el Terror de vuestro adversario, y cuando siga su camino, poseerá mucha más sabiduría adicional para reflexionar. Así os haréis respetar en todas las esferas de la vida, y vuestro espíritu –vuestro espíritu inmortal- vivirá, no en un paraíso intangible, sino en el cerebro y los nervios de aquellos cuyo respeto os habéis ganado.
4
- La vida es la gran indulgencia –la muerte, la gran abstinencia. Por lo tanto, sacadle el mayor provecho a la vida, ¡AQUÍ Y AHORA!
- No hay ningún cielo de gloria resplandeciente, ni ningún infierno en donde los pecadores ardan. ¡Aquí y ahora es nuestro día de tormento! ¡Aquí y ahora es nuestro día de placer! ¡Aquí y ahora es nuestra oportundad! Elegid este día, esta hora, ¡pues ningún redentor vive!
- Decid a vuestro corazón, "Yo soy mi propio redentor."
- Parad a quienes os persiguen. Que quien busque vuestra destrucción sea lanzado a la confusión y la infamia. Que sean como una paja ante el ciclón, y después de que ellos hayan caído, regocijaos de vuestra propia salvación.
- Entonces todos vuestros huesos dirán orgullosamente, "¿Quién es como yo? ¿No he sido demasiado fuerte para mis adversarios? ¿No me he liberado yo mismo por medio de mi propio cerebro y cuerpo?
- Benditos sean los fuertes, pues ellos poseerán la tierra – Malditos sean los débiles, ¡pues ellos heredarán el yugo!
- Benditos sean los poderosos, pues ellos serán reverenciados entre los hombres – Malditos sean los endebles, ¡pues ellos serán borrados de la faz de la tierra!
- Benditos sean los valientes, pues ellos serán los amos del mundo – Malditos sean los virtuosamente humildes, ¡pues ellos serán pisoteados por las pezuñas del Diablo!
- Benditos sean los triunfadores, pues la victoria es la base del bien – Malditos sean los perdedores, ¡pues ellos serán vasallos para siempre!
- Benditos sean los de la mano de hierro, pues los blandos huirán ante ellos – Malditos sean los pobres de espíritu, ¡pues ellos serán escupidos!
- Benditos sean los que desafían a la muerte, pues sus días serán largos en la tierra – Malditos sean los que aguardan una vida más rica después de la muerte, ¡pues ellos perecerán en medio de la abundancia!
- Benditos sean los destructores de la falsa esperanza, pues ellos son los verdaderos Mesías – Malditos sean los adoradores de dios, ¡pues ellos serán ovejas esquilmadas!
- Benditos sean los valientes, pues ellos obtendrán grandes tesoros – Malditos sean los que creen en el bien y en el mal, ¡pues ellos están atemorizados por las sombras!
- Benditos sean aquellos que creen en lo que es mejor para ellos, pues sus mentes jamás serán aterrorizadas – Malditos sean los "corderos de Dios," ¡pues ellos serán desangrados hasta quedar más blancos que la nieve!
- Bendito sea el hombre que tiene una legión de enemigos, pues ellos le harán un héroe – Maldito sea el que hace el bien a quienes le devuelven desprecio, ¡pues el será despreciado!
- Benditos sean los de mente poderosa, pues ellos atravesarán los torbellinos – Malditos sean los que enseñan mentiras por verdades y verdades por mentiras, ¡pues ellos son una abominación!
- Tres veces sean malditos los débiles cuya inseguridad los hace viles, ¡pues ellos servirán y sufrirán!
- El ángel del engaño acampa en las almas de los "justos" - ¡La eterna llama del poder a través del placer mora en la carne del Satanista!
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EL LIBRO DE LUCIFER
EL CONOCIMIENTO
El dios romano Lucifer era el portador de la luz, el espíritu del aire, la personificación de la cultura. En la mitología cristiana se convirtió en sinónimo del mal, ¡algo que sólo se podía esperar de una religión cuya propia existencia se perpetúa por definiciones nebulosas y valores vagos! Es hora de poner la historia en su sitio. Los falsos moralismos y los errores ocultos deben ser corregidos. Tan entretenidas como puedan ser, la mayoría de historias y dramas sobre el culto al Diablo deben ser reconocidas como las obsoletas absurdidades que son. Se dice que "la verdad hará libre al hombre." La verdad por sí sola jamás ha hecho libre a nadie. Sólo es la DUDA la que brindará la emancipación mental. Sin el maravilloso elemento de la duda, la puerta a través de la cual la verdad pasa estaría firmemente cerrada, impenetrable a los golpes más enérgicos de un millar de Luciferes. Cómo se entiende que la Sagrada Escritura se refiriera al Infernal monarca como el "padre de las mentiras" –un ejemplo magnífico del carácter de la inversión. Si uno cree este acusación teológica de que el Diablo representa la falsedad, ¡entonces seguramente se debe concurrir a que fue ÉL, Y NO DIOS, QUIEN ESTABLECIÓ TODAS LAS RELIGIONES ESPIRITUALES Y QUIEN ESCRIBIÓ TODAS SUS SANTAS BIBLIAS! Cuando a una duda le sigue otra, la burbuja, crecida a lo ancho y a lo largo en falacias acumuladas, amenaza con explotar. Para aquellos que ya dudan de las supuestas verdades, este libro es una revelación. Entonces Lucifer habrá ascendido. ¡Ya es hora para la duda! ¡La burbuja de la falsedad está reventando y su sonido es el rugir del mundo!
¡REGIE SATANAS!
¡AVE SATANAS!
¡SALVE SATÁN!
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